lunes, 28 de noviembre de 2011

Vida te amo. Todo es maravilloso.

Una canción hermosa, feelin' groovy de Simon and Garfunkel

Slow down, you move too fast.
You got to make the morning last.
Just kicking down the cobble stones.
Looking for fun and feelin' groovy.

Ba da, Ba da, Ba da, Ba da...Feelin' Groovy. 

Hello lamp-post,
What cha knowin'?
I've come to watch your flowers growin'.
Ain't cha got no rhymes for me?
Doot-in' doo-doo,
Feelin' groovy.

I've got no deeds to do,
No promises to keep.
I'm dappled and drowsy and ready to sleep.
Let the morning time drop all its petals on me.
Life, I love you,
All is groovy.

En esencia: No apurarse. El hoy es presente, un regalo. Es donde debemos estar y el lugar y momento que debemos disfrutar. Apartando lo que nos haga mal, lo que nos afecte, "pateando las piedras". "Hacer que la mañana dure", porque ¿No han sentido que la mañana es el momento más mágico del día? Todavía nada empieza, pero sabemos que seguirá hasta la noche hermosa... es el momento de la esperanza.
Hablarle a las lamparas, objetos inanimados pero ¿Quién dijo que no? Amo hablar con las cosas, es muy lindo; en mi es una señal de buen humor. Y sólo con ver las flores crecer podemos ser felices, admirando los pequeños actos de cada día, perfectos en sí como deben ser. La canción canta y busca rimas, por diversión, no por perfección, ni por profundidad. Simple como gozar. Misterioso como aprender a que nos haga bien, a no sentir culpa. Hoy en día ser felizmente simple, gozar y reír por todo es difícil, sos juzgado, pareces de 7 años. ¡Pero soy tan feliz así!

Y el ultimo verso, especial: Vida te amo, todo es maravilloso. La clave: no todo tiene que ser siempre maravilloso para que uno lo sienta como tal. Nuestra mente y nuestro espíritu son las dos herramientas mejores para sobrellevar la vida, que, lejos de ser cruel, es hermosa.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Los hábitos y los chakras

Pensamientos: el "chusmerío" y el prejuzgamiento nos agotan, mientras que albergar buenos pensamientos nos energiza.

Comida: cuando comemos alimentos grasos, nos sentimos pesadas. En cambio, si nuestras elecciones son sanas, nos sentimos livianas y con mucha energía. 

Movimientos: nuestras estructuras mentales están relacionadas con el movimiento corporal. La mente se bloquea cuando el cuerpo no se mueve.
Fragmento de "¿Qué son los chackras?", publicado en la revista Oh Lala algún día del cual no puedo encontrar la fecha.

I would die in ecstasy

Quien sepa el pseudosecreto de la felicidad en la Tierra, no lo diga, por favor. El mundo, tal como lo vemos hoy, no esta preparado para ello. Lo han convertido en una pelotita demasiado escéptica. Con intentar difundirlo, aun así sea para alegrar a los otros, no lograremos convencerlos, sino solo perder fuerzas luchando en vano. Siendo felices nosotros, debemos usar toda esa energía positiva en ayudar a los demás, no en transformarlos. Sencillamente es así. Cada ser individualmente tiene que llegar por sí solo a descubrir esas cosas o no, sino nunca, aunque le den mil pruebas, se lo creerá. 


Corto y conciso, el día de hoy me dejo sin ganas de escribir más. 


Según Julieta Venegas: Ya se lo que te digan no va a ser suficiente ay, ay, ay, ay. Y lo que tu me entregues dejará pendientes ay, ay, ay, ay ¿Quién nos dice que la vida nos dará el tiempo necesario? Toma de mi lo que deseas como si solo quedara... El presente es lo único que tengo, el presente es lo único que hay. Con el mundo como va se nos acaba todo ay, ay, ay, ay. La tempestad y la calma casi son la misma cosa ay, ay, ay, ay Ya se lo que te diga no va a ser suficiente, consuelo de perder ese lugar que amamos y destrozamos

Según Serrat: Dejadme la esperanza.



Según mi almanaque: Dos hombres miran a través de una ventana; uno ve las estrellas y otro el barro.


Eric Clapton le canta a Layla: What'll you do when you get lonely and nobody's waiting by your side? You've been running and hiding much too long. You know it's just your foolish pride.


Y sigue siguiendo: En mi jardín se cuentan las hojas no las rosas. En mis noches se cuentan las estrellas no las nubes. En ella se cuentan sus sonrisas no sus lágrimas.


No sabemos nada del mañana, nuestra preocupación es la de hacer lo mejor que podamos y contentarnos con el presente.


Apa, pues resulta que no soy la única positiva. Mi consejo de hoy, seamos felices, ayudemos a los demás y riamos en cada oportunidad. Sembremos amor y no odio, bondad y no bronca; y así cosecharemos lo que nosotros mismos queramos. Saludos!!

sábado, 19 de noviembre de 2011

Como varias de mis ideas que se convierten en un intento de texto, esto me surgió cuando, al volver de la clase de Luz, me estaba bañando. Algo curioso, antes de avanzar bien con la idea más central; a veces hablo con la gente sobre las clases de los sábados como "las clases de Luz", y más de una vez he tenido que explicar que no son dictadas por gente de Edesur. Claro, es loco verlo así, pero la gente es gente. En fin, eso siempre me hace pensar en que las clases de Luz tienen ese nombre para mí (además de que las da una bella personita que se llama Luz) por, justamente, toda esa iluminación que siento al terminar. Más allá de lo cansada que termine, de lo enojada que este conmigo misma por mi memoria de pez que olvida la mitad de lo que me dicen, llego a mi casa y soy otra; soy feliz. Deberían ustedes ver el contraste que hay entre la gente que esta en mi casa cuando yo llego, y yo misma. Todo lo que hay en las tardes de los sábados me enriquece por dentro.
Ok, eso es un pequeño paréntesis que quería comentarles. La cosa hoy no sé si pasa tanto por algo de la clase misma, sino por una generalidad digamos. Es que siempre, como dije, las clases de los sábados me provocan esa inspiración, esa cosa loca adentro, que me hace sentarme y escribir algo. Es la iluminación. Eso se los debo, ya saben, a ustedes.
A veces incluso me resulta difícil seleccionar una cosa y centrarme en eso para escribir. Además, no todo pasa por la clase, sino por quienes hacen la clase conmigo. En resumidas cuentas, hoy quiero hablar de algo que hablaban Adri y Luz, que yo hace unos años lo empecé a ver así, pero sé que hay mucha gente que no lo puede, incluso no lo quiere, ver. Es la idea de que todo ocurre por algo.
En mi caso, creo en Dios; y yo se que Él nunca me enviaría algo que yo no pueda resolver, o algo de lo que no pueda, potencialmente, aprender. Si siento que algo que me pasa es injusto, es difícil, es cruel, trato de aprender de ello, de la forma que fuere. Es loco decir hoy por hoy que creo en Dios, y afirmar todas esas cosas, cuando sabemos muy bien la controversia que hay en el mundo con respecto a ello. Me surge una mezcla de pena y enojo cuando se asocia directamente la frase "Creer en Dios" con el cardenal Bergoglio, con quienes apoyaron a la dictadura, etc, La lista es enorme, y este temita en particular lo voy a dejar para otra entrada; es extensísimo. ¡Perdonen mi furor!
Retomando mi idea, creo que todo lo que nos pasa, si es bueno merece ser vivido plenamente, disfrutado, bebiendo deliciosamente cada segundo. Más allá de que esa situación no sea universal en nuestra vida; es decir, somos muy ingenuos si esperamos, para decir "Soy feliz", el tener felicidad, seguridad y placer en todos los aspectos de nuestra vida. Más bien, ser feliz implica poder disfrutar de esos placercillos hermosos que nos da la vida, aislando ese momento de todos los demás. Un ejercicio divino que los invito a todos a hacer.
Ahora bien, en los momentos feos, en esos en los que no queremos nada ni a nadie, que nos sentimos tremendamente mal y buscamos sólo llorar, hay que salir adelante, porque no hay otra. Hay que aprender de lo vivido, más allá de todo, hacer la moraleja, la conclusión, eso que nos va a guiar y ayudar cuando la misma situación llegue, o una parecida. Es algo sumamente difícil a veces, pero, aunque no lo parezca, se siente como una mezcla de divino y transparente (Es raro, le decimos como queramos!). Y, muy importante, no es ser hipócrita ni mucho menos insensible. No niego lo malo que me pasa, lo convierto en aprendizaje.
Con esta forma de vivir, creo que las alegrías se multiplican. Aunque eso no sea cierto literalmente, pero para nosotros sí lo es; cambia la forma de ver la vida, la postura que uno tiene ante las cosas.
Yo esto lo he visto como básicamente elemental desde hace un tiempo, que lo desarrollé en mi porque lo necesité, y, ya les digo, me hice mucho más creyente desde allí. Pero tal vez quienes no lo han necesitado, o son muy escépticos, no lo ven. Y es loco, se pierden cosas bellas en la vida, y, además, dejan de aprender mucho por considerar a la malas como "mala suerte". Ah, claro que no es necesario creer en Dios para pensar así.

Una frase que amo también, de Sydney Smith que no sé honestamente quien es (la frase salió de mi calendario) es: "No sabemos nada del mañana; nuestra preocupación es la de hacer lo mejor que podamos y contentarnos con el presente". Esto se relaciona directamente con lo que expuse antes. O sea, ante situaciones adversas, hay que hacer algo, y no simplemente "algo", sino lo mejor que podamos ¡Lo mejor! Sino la solucion definida como "hacer algo" podría ser en todos los casos comer helado, mirar caer la lluvia o pisar pasto. El tiempo, solito, no cambia nada; nosotros movemos las cosas. Y es inútil pensar que cosas buenas llegaran solas sin nuestro trabajo. Porque tal vez lleguen, pero en nuestra subjetividad pasiva de solamente esperar, no las sabremos aprovechar, o incluso apreciar. Pero para cambiar algo, la única herramienta de la que disponemos es el presente. Del pasado no aprenderemos nada si no lo aprendimos en su momento, y del futuro nada sabemos. No hay sentido en pensar que las cosas se arreglan solas, surgen solas, o se van solas. Nuestro mejor esfuerzo en el presente nos garantiza un prometedor futuro; nunca tendremos la duda de no haber hecho todo lo suficiente.

Este post esta dedicado a ustedes, mis compañeras de danza, porque son una de mis mayores fuentes de inspiración, pero, por favor no vayan a pensar que es porque porque piense que ustedes son esas personas feas, deformes y escépticas de las que hablo en el texto. El enojo o la agresión que [tal vez] deslicé en mis lineas no es para ustedes obviamente; el texto me salió así. No puedo entender a veces cómo algunos se niegan a ser felices.

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Qué significa domesticar?

En ese momento apareció el zorro.
-Buen día –dijo el zorro.
-Buen día –dijo respetuosamente el principito, que se dio vuelta pero no vio nada.
-Estoy acá –dijo la voz- debajo del manzano…
-¿Quien sos? –dijo el principito-. Sos muy lindo…
-Soy un zorro –dijo el zorro.
-Vení a jugar conmigo –le propuso el principito-. Estoy tan triste…
-No puedo jugar con vos –le dijo el zorro-. No estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón –dijo el principito.
Pero, tras un momento de reflexión, agregó:
-¿Qué significa “domesticar”?
-No sos de aquí –dijo el zorro-. ¿Qué buscás?
-Busco a los hombres –dijo el principito-. ¿Qué significa “domesticar”?
-Los hombres –dijo el zorro- tienen rifles y cazan. ¡Es muy molesto! Crían también gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?
-No –dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”?
-Es algo demasiado olvidado –dijo el zorro- significa “crear lazos…”
-¿Crear lazos?
-Por supuesto –dijo el zorro-. Para mí, no sos todavía más que un chico muy parecido a otros cien mil chicos. Y no te necesito. Y vos no me necesitas tampoco. No soy para vos más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero si me domesticás, nos necesitaremos el uno al otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para vos único en el mundo…
-Empiezo a entender –dijo el principito-. Hay una flor…creo que me ha domesticado…
-Es posible –dijo el zorro-. Se ve sobre la Tierra todo tipo de cosas…
-¡Oh! No es sobre la Tierra .dijo el principito.
El zorro pareció muy intrigado:
-¿En otro planeta?
-Si.
-¿No hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Eso es interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto –suspiró el zorro.
Pero el zorro retomó su idea:
-Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, entonces, un poco. Pero, si me domesticás, mi vida se iluminará. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Esos otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me sacará de la madriguera, como una música. Además, ¡mirá! ¿Ves, allá los campos de trigo? Yo no como pan. El trigo para mi es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Y eso es triste! Pero vos tenés cabellos de oro. ¡Será maravilloso cuando me hayas domesticado! El trigo, que es dorado, me traerá tu recuerdo. Y me gustara el ruido que provoca el viento en el trigo…
El zorro se calló y observó un rato largo al principito:
-Por favor… ¡domesticáme! –dijo.
-Me gustaría –respondió el principito- pero no tengo mucho tiempo. Tengo que descubrir amigos y conocer muchas cosas.
-No se conoce más que aquello que se domestica -dijo el zorro-. Los hombres no tienen mas tiempo para conocer nada. Compran cosas ya hechas a los vendedores. Pero como no existe ningún vendedor de amigos, los hombres no tienen amigos. Si querés un amigo, ¡domesticáme!
-¿Qué hay que hacer? –dijo el principito.
-Hay que ser muy paciente –respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mi, así, en el pasto. Te mirare de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco mas cerca…
Al día siguiente, el principito volvió.
-Hubiese sido mejor volver a la misma hora –dijo el zorro-. Si venís, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Ya a las cuatro me agitaré y me inquietaré, ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si venís a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón…Hacen falta ritos.
-¿Qué es un rito? –dijo el principito.
-Es también algo muy olvidado –dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente a otros días, una hora de las otras horas. Hay un rito, por ejemplo, entre mis cazadores. El jueves bailan con las chicas del pueblo. ¡Por eso el jueves es un día maravilloso! Voy a dar un paseo hasta la viña. Si los cazadores bailasen cualquier día, todos los días se parecerían, y yo no tendría vacaciones.
Así, el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:
-¡Ay! –dijo el zorro…- Voy a llorar.
-Es tu culpa –dijo el principito-. Yo no te deseaba ningún mal, pero quisiste que te domesticara…
-Seguro –dijo el zorro.
-¡Pero vas a llorar! –dijo el principito.
-Seguro –dijo el zorro.
-¡Entonces no ganas nada!
-Gano –dijo el zorro- por el color del trigo.
Luego agregó:
-Andá a ver otra vez a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós, y te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver a las rosas.
-Ustedes no se parecen en nada a mi rosa, todavía no son nada –les dijo-. Nadie las ha domesticado y no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero lo hice amigo mío y ahora es único en el mundo.
Y las rosas estaban molestas.
-Ustedes son lindas, pero son vacías –les dijo aún-. No se puede morir por ustedes. Sin duda, cualquiera creería que mi rosa se les asemeja. Pero por sí sola es más importante que todas ustedes, porque es ella la rosa a quien yo regué. Porque es ella a quien resguardé bajo una campana. Porque es ella a quien abrigué con un biombo. Porque es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se harían mariposas). Porque es ella a quien escuche quejarse, o alabarse, o a veces callarse. Porque ella es mi flor.
Y volvió hacia el zorro.
-Adiós –dijo…
-Adiós –dijo el zorro-. Este es mi secreto. Es muy simple: no se ve bien más que con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos –repitió el principito, para recordarlo.
-Es el tiempo que perdiste por tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.
-Es el tiempo que perdí por mi rosa… -dijo el principito, para acordarse.
-Los hombres olvidaron esta verdad –dijo el zorro-. Pero vos no tenés que olvidarla. Sos responsable para siempre de lo que domesticaste. Sos responsable de tu rosa…
-Soy responsable de mi rosa… -repitió el principito, para acordarse.                         
La idea: no es sano ni ni natural  a un psicoanalista. No deberíamos intentar ser todos igualitos y, de última, en parecernos a un modelo de ser humano estándar no radica la felicidad. Recordemos, una vez más, que ella esta dentro nuestro.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Cantando al sol

He aprendido a no esperar mucho de los demás, pero sí de mi misma. Cada vez que uno recibe nada de los otros, debe esmerarse el doble para equiparar ese desgano que resta en el mundo. Uno es mejor que ese ser humano; debe demostrarlo.
He aprendido a ver las estrellas por detrás de las nubes. Y que la fe es la mejor bendición que puede recibir un hombre. Que quien no tenga fe, casi no tendrá motivos para seguir. La fe nos ayuda a creer en un mejor mañana sin necesidad de pruebas concretas hoy. ¿Y quién necesita algo concreto si, en definitiva, de ambas maneras avanzamos? La diferencia es la calidad de ese avance.
Que, aunque muchos puedan criticar esta idea, las mujeres somos espiritualmente más fuertes.
Que en caso de recibir algo negativo de otra persona, no se debe responder con algo peor, sino con una actitud mil veces más positiva. Así, se demuestra no sólo madurez, inteligencia y entereza, sino calidad de espíritu y bondad.
He aprendido también que la vida te encara en función de como la encares; y que su calidad es directamente proporcional a la calidad que uno crea que tiene.
Si recibo incomprensión, debo devolver caridad hacia quien no puede comprender. Porque tiene una falla que no sólo no desea cambiar, sino que lo hará muy infeliz en su vida. Como un ser partidario de la felicidad, debo ayudarlo y no atacarlo.
Algo muy trillado, pero aprendí que nada es imposible. Que los prejuicios son todos falsos, pero ineliminables. 
Aprendí que no hay una sola forma de hacer las cosas, y que ninguna de ellas tiene la verdad absoluta. La razón de ello es simplemente que cada situación lle vaen sus entrañas personitas. Personitas todas con sentimientos, sensaciones, circunstancias y deseos muy disímiles a los de otras, aún en la misma situación. De todos modos, pedir y dar consejos es un acto de alta nobleza.
Finalmente, uno no aprende por teoría sino por práctica, y por ello siempre deberíamos tener la entera libertad de llevar a cabo esa práctica. Claro que ello es imposible sin la teoría. Por eso necesitamos buenos maestros comprensivos. De todos modos, la mayor parte proviene de nosotros mismos. La libertad, como muchas otras cosas, la tenemos en gran parte cuando somos conscientes que la merecemos y deseamos tenerla.
Nada ni nadie puede mutilar la energía de la sana fe humana, y la misma es motor de resultados bellos e inesperados. Creer no es para ingenuos; es para valientes.